XXX. De la muerte feliz del padre Fray Jorge de León, uno de los religiosos de aquesta primera misión

En este medio tiempo, cansado de los grandes trabajos que padecía, adoleció en Copanaguastlan, fray Jorge de León y viéndose los religiosos privados de todo consuelo, enviaron a Zinacantlán que les enviasen algo. Y enviáronles una miseria que para su enfermo tenían. Viendo después que su dolencia crecía, y no sabían en ninguna manera de regalo, ni de remedio de medicina, escribieron a un vecino de la ciudad, llamádose Aguilar, que estaba siete leguas de allí con toda su casa en unas ricas haciendas y granjerías, que era médico, suplicándole que por reverencia de Jesucristo se llegase allá a ver a aquel religioso, que era el remedio de aquella gente, porque Dios le había comunicado la lengua. Respondióles que su ida era superflua, si pues allá ni había medicinas ni regalo, que lo trajesen allí y allí haría lo que pudiera. Tomaron fray Domingo enfermo y fray Jerónimo de San Vicente a fray Jorge doliente y echáronlo en una hamaca y fueron a aquella estancia y...

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