XLI. De la entrada de nuestros religiosos a vivir en Ciudad Real y misa nueva del padre Fray Alonso
Empezando Todos Santos envió el padre vicario a
fray Tomás de la Torre y a fray Vicente Núñez a la
ciudad para que aderezasen la casa de nuestra morada.
Que porque ya se cayó y no hay memoria de ella me
parece justo pintarla aquí, porque nos contentemos con
pobres edificios, acordándonos de la pobreza grande en al
principio vivimos. Era la casa de horcones y varas, cubiertas
con lodo, y encima de paja; estaba ya muy mal parada
porque allende de ser la materia ruin, había años que estaba
desamparada. Tenía un corral a la puerta donde nosotros
colgábamos las campanas y este corral se cerraba de noche,
aunque las paredes las derribaran a un empujón. Tenía una
sala y una cámara atajada en la sala; nosotros quitamos el
atajo donde hicimos un altar y atajamos con unas verjillas
un coro. Habría entre las verjas y las gradas del altar seis u
ocho pies, y así, apenas cabíamos todos alrededor del altar.
Tenía otras dos camarillas, la una hicimos sacristía y la otra
celda del...
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