XIV. El desempeño de la Corona (1573-1578)

Ninguno de estos terribles acontecimientos se barruntaban cuando Antonio Gracián daba comienzo a su dietario en 1573 con aquella frase, en realidad todo un manifiesto político, “Ad Dei laudem et gloriam”, con la que principiábamos el anterior capítulo. Sí. Los años anteriores habían sido los más felices del reinado de Felipe II y, por tanto, Gracián no dudaba de que con su amigo Covarrubias al frente del gobierno la trayectoria triunfal se mantendría en los siguientes, sin embargo, aquel año que comenzaba no iba a ser tan glorioso como el secretario real proclamaba en la intimidad de su despacho. A casi todos en la corte les había pasado desapercibido un hecho, entonces juzgado como de escasa transcendencia. El 1 de abril de 1572 los mendigos del mar, expulsados de Inglaterra, tomaron por sorpresa los pequeños puertos de La Brielle y Flesinga, en la desembocadura del Escalda. Se trataba de la salida al mar de Amberes, aquella Nueva York del siglo XVI que había...

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