XI. La consolidación de la nueva Monarquía (1559-1564)

En 1559 el embajador veneciano Federico Badoaro proporciona esta breve descripción sobre la afición del nuevo monarca al despacho de papeles: «Trabaja mucho, a veces demasiado si se tiene en cuenta la debilidad de su complexión. Lee los memoriales y discursos que se le envían, así como las peticiones que recibe de todo el mundo. Presta atención a lo que se dice, pero de ordinario no mira a la persona que le habla [1].» Con tal dedicación, no ha de sorprender, por tanto, que en agosto del mismo escribiera Felipe II: “Estoy hecho pedazos”, después de presidir un tenso Capítulo de la Orden del Toisón de Oro, en la iglesia de san Bavón. En el coro ya se había colgado el cuadro de Lucas van Heere, “La visita de la reina de Saba al rey Salomón”. En alguna ocasión puede que su mirada se volviera hacia aquella pintura buscando consejo, mientras sus caballeros discutían sobre cuestiones de etiqueta y precedencias. En Inglaterra el cardenal Pole le había...

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