VII. “Soy zagalejo, soy pulidillo”

«Soy enamorado y no oso dezillo, Adamo una dama que no es nada fea. En darme pasiones continuo se emplea. En forma me tiene muy gran homezillo. Soy zagalejo, soy pulidillo...» Esta canción, puesta en boca de un tímido y enamorado Felipe II, fue escrita a mediados del siglo XVI por un juglar anónimo, autor de unas curiosas Coplas “sobre los amores” del rey con doña Isabel Osorio. Compuestas a modo de comedia pastoril, en ellas se narraban las vicisitudes de esta relación, desde la resistencia de la amada a los requerimientos de su principesco zagal hasta su separación en 1548, cuando Felipe tuvo que iniciar su “Felicísimo viaje” a los Países Bajos [1]. El autor parecía conocer de primera mano los hechos sobre los que cantaba, acaecidos entre al menos 1544 y 1549, los “años rebeldes” del Rey Prudente. Es que tras su matrimonio con la infanta María de Portugal, las trabas del emperador a su vida marital y la marcada supeditación a los dictados...

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