V. La educación de un príncipe cristiano

Pasarían dos años antes de que el hijo de Carlos V pudiera aliviar su luto, un período en el que cada vez se hizo más consciente de que una nueva etapa se estaba iniciando en su vida. Y no sólo él era consciente de este cambio. Sin la guía personal de su madre, y sin que ella pudiera seguir siendo gobernadora de Castilla en ausencia del emperador, para quien la educación de su hijo se convirtió en una prioridad, aderezada con nuevos objetivos políticos. Aunque el bufón Francesillo se había burlado de los comuneros, diciendo que se habían levantado al grito de “muera él que dijere mal de la mula del corregidor”, la gravedad de esta rebelión no se había tomado tan a broma por Carlos V. Esta es la razón de que Felipe, desde su nacimiento hasta la muerte de su madre, fuera formado para que su comportamiento se adaptara a un modelo de perfecto príncipe. Su vida y su casa se habían organizado siguiendo la tradición cortesana castellana, al mismo tiempo que su ayo...

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