Reflexiones finales

En las páginas precedentes he intentado repasar los aspectos, a mi juicio, más sobresalientes del discurso y las prácticas desarrolladas, en relación con los niños anormales, en la España de comienzos del siglo XX. Son varias las reflexiones que pueden extraerse de la revisión de este proceso. Es indudable que los médicos, uno de los colectivos profesionales que protagonizaron el movimiento de protección a la infancia, encontraron en el concepto de «niño anormal» una razón más para intervenir en un entorno en el que su presencia ya era significativa: la escuela. Amparados por la ciencia y acompañados por los pedagogos, construyeron un discurso que contribuyó a que ciertos niños fueran considerados seres humanos diferentes que debían ser objeto de estudio y tratamiento bajo el doble argumento del bien individual y del bien social. Sus promotores lo presentaron como el resultado de una tarea científica realizada a través de observaciones objetivas que, a su vez, eran...

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