Prólogo, por Eusébio Fernandez Garcia

Sin duda es un acierto que la editorial Plaza y Valdés haya decidido editar Teoría de la revolución. Sistema e historia, libro que vio la luz en Valladolid, Imprenta Allen, en 1932. Su autor, Felipe Eduardo González Vicén, tenía en ese momento 24 años y ejercía como profesor auxiliar de Filosofía del Derecho en la Facultad de Derecho de la universidad vallisoletana. Con el tiempo, y a pesar de los contratiempos de la guerra civil y la postguerra española, este catedrático de Filosofía del Derecho, depurado y separado de la Cátedra de la Universidad de Sevilla, que había obtenido en 1935, y, de alguna manera, repuesto forzoso en la Universidad de La Laguna en 1946,[1] nos iba a regalar con una serie de contribuciones teóricas que se encuentran entre lo mejor de la Filosofía del Derecho española del siglo XX. Para los que le conocimos y tratamos resulta inolvidable el hecho de que aunara, hasta en lo estético, una elegancia moral e intelectual en dosis...

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