Objetos, imágenes y textos de Jiménez de la Espada como tecnologías de apropiación del saber

Entre los primeros abundan, por una parte, los perfiles que tomó del accidentado litoral del estrecho de Magallanes cuando lo surcó en una peligrosa navegación entre el 10 de febrero y el 8 de marzo de 1863, encontrándose una veintena de ellos en el segundo de los diez cuadernos de su diario de viajes que han llegado hasta nosotros, y que se custodian en la actualidad en la Biblioteca Tomás Navarro Tomás del CCHS del CSIC tras una generosa donación de sus herederos. También son numerosos, en el tercero de esos cuadernos de viaje, los perfiles de los volcanes que contempló admirado cuando se adentró en el corazón de los Andes y recorrió sobrecogido el callejón interandino ecuatoriano dominado por las imponentes moles —cónicas mayoritariamente— del Chimborazo, Tungurahua, Cotopaxi, Rumiñagui, Illiniza, durante los últimos días de noviembre y principios de diciembre de 1865, y que Barreiro reprodujo readaptándolos, no en su edición del Diario, sino en la Historia que hizo de la Comisión científica del Pacífico (1926; véanse, por ejemplo, las láminas 36 a 42).