Nota preliminar

Parece cierto que es la tregua del crepúsculo donde las formas se difuminan y los perfiles del espacio construido se abren paso, no sin dificultad, al mundo de la realidad consciente. Durante este período la formalización del espacio inicia el camino hacia la ensoñación donde surgen las incertidumbres de la forma arquitectónica, requerida por los ingredientes más perezosos de la materia, los correlatos imprecisos de la técnica o los artificios poliédricos de la función. El arquitecto puede encontrar y sobre todo descubrir imágenes en las diversas geografías del espacio arquitectónico, despertando su conciencia poética, indagando las resonancias que permanecen en sí mismo o en el encuentro con las múltiples metáforas que se suscitan entre realidad y ensoñación. Encontrar la metáfora, es caminar por los senderos que aproximan a la imagen soñada, de esta manera la imagen arquitectónica recupera en cada forma el proceso de ensoñación. El lápiz al dibujar sueña...

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