Movimiento, tiempo y vida

Lo guarracino che jeva pe mare le venne voglia i se ’nozorà, se facette no bello vestito de scarde de spine pulito pulito co na parucca tutta ingrifata de ziarelle ‘mbrasciolata co lo sciabò scolla e punizi de punte Angrese fini fini. Abre las páginas de este libro una estrofa de la conocida fábula musical napolitana Il Guarracino[1], nombre vulgar del pez Chromis chromis. La intención es doble, pues si bien no deja de ser un recurso literario, un artificio estético a ritmo de tarantela, un divertimento para iniciar plácidamente nuestro discurrir por los vericuetos de las ciencias naturales en el reino de Nápoles, la canzonetta, cuya letra alude a decenas de organismos marinos, tiene un valor intrínseco como fenómeno cultural representativo del estrecho vínculo que existe entre los habitantes del mar y la tierra del golfo de Nápoles. Siempre bajo la ardiente y cómplice mirada del Vesubio. Acordes nada musicales son los caracteres geométricos propuestos por...

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