La ofensiva de la MPEAA

El factor «Griffis»

Las conversaciones de 1950 habían puesto de relieve la ambición de la MPEAA por aprovechar al máximo la nueva dinámica bilateral. Los represen tantes norteamericanos habían regresado a Nueva York sin resultados concretos, pero con la firme convicción de que el gobierno español era consciente de estar obligado a mover ficha al confirmarse el nuevo rumbo de las relaciones bilaterales. El levantamiento de las sanciones diplomáticas establecidas por las Naciones Unidas en 1950 y la notificación de que Estados Unidos se disponía a enviar un embajador a España a finales de ese año reforzaron ese presentimiento. Inmediatamente, las asociadas de la MPEAA ordenaron a sus filiales detener la adquisición de licencias de importación, dando inicio así a un boicot de facto sobre el mercado español. El objetivo no era otro que provocar el colapso de la producción local (dependiente del mercadeo de esas licencias) y forzar así una nueva negociación desde posiciones de fuerza. Países como Argentina, Dinamarca, Australia o Gran Bretaña habían accedido recientemente a las pretensiones de la corporación tras meses de boicot. La MPEAA estaba escenificando el fin de la «inmunidad» de la que había gozado la política cinematográfica española.

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