Juan Larrea. Entre la ciencia sin nombre y el pensamiento surrealista

El surrealismo como método

Larrea pudo leer visiones parecidas (un aire de época) en los trabajos de Pierre Mabille, que escribiría tras la guerra en Cuadernos Americanos. Mabille, surrealista algo heterodoxo, compatibilizó su condición de médico con una preocupación prioritaria por el hermetismo, las sociedades secretas del Renacimiento y, tras la guerra y su estancia en Haití, por el vudú. Su definición de lo que es un egrégore (un término tomado de la hermética), un grupo humano dotado de una personalidad colectiva diferente de la de los individuos que lo forman, fue adoptada por Larrea en su trabajo sobre surrealismo; el libro de Mabille, por otro lado, escrito en 1938, bajo el impacto de la guerra de España y bajo la convicción de que la guerra suponía un importante cambio mundial propone una morfología social enlazable con el surrealismo (“el surrealismo se preocupó de definir el mecanismo de la inspiración, procurando que todo el mundo lo desarrollara y tratando de liberarlo de las trabas de la conciencia inteligente”[6]), con la iconología; Mabille examina las pervivencias (“Lo que los árabes habían tomado de los cristiano en Oriente, lo devuelven modificado en otra zona de contacto: España”), como Panofsky (Arquitectura gótica y pensamiento escolástico) relaciona las summas medievales y el arte gótico.

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información