IV. “Es una cera molla”: El aprendizaje de un perfecto príncipe

No cabe duda de que si bien la elección de Silíceo como maestro del príncipe defraudó las expectativas de algunos importantes humanistas que, como Francisco de Bobadilla o Lucio Marineo Sículo, esperaban obtener tan ansiado oficio, lo cierto es que el maestro extremeño inició su labor pedagógica con el aplauso de todos. En 1536 Estefanía de Requesens, esposa de su ayo Juan de Zúñiga, recoge en una de sus cartas la opinión general de la corte sobre el heredero: “és tan ben acondicionat y tan agut y discret, com si tingués vint anys y és una cera molla, per on crec se imprimirà en ell tot lo que voldran”. Como una cera blanda, en la que se podía estampar todo lo que se quisiera, este era el concepto que se tenía por entonces del hijo de Carlos V. Que tan buen material fuera correctamente moldeado era tarea ahora de los hombres encargados de su cuidado y formación. La pregunta es: ¿tuvieron éxito en esta tarea? Fue Silíceo quien proporcionó a Felipe durante...

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