Introducción (Entre textos e imágenes)

Lo que distinguió desde el principio a la comunidad americanista —como en el caso de otras definidas más bien por el área de estudio que por una metodología disciplinar— es un espíritu de «curiosidad exótica» por un mundo particular, el Nuevo Mundo, más o menos alejado del propio. Ello es probablemente consecuencia de la larga estela dejada por el americanismo de siglos anteriores, surgido en un mundo no profesional, de simples aficionados curiosos o, al menos, no exclusivamente profesionales. En parte es lo mismo que ocurrió en el campo orientalista, y es un hecho que algunas sociedades americanistas nacieron de otras sociedades orientalistas (caso francés con la Société d’Ethnographie Orientale et Américaine, fundada en 1859, aludido en el ensayo de Nadia Prévost). Es así como los pocos especialistas que componían estos grupos inicialmente debieron fiarse de una metodología humanística, basada fundamentalmente en la obtención de informes heterogéneos...

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