Imágenes sin texto. La visión y el arte en los Cuadros de la Naturaleza de Alexander von Humboldt

Una nueva teoría de la visión

A lo largo de sus cinco años de estancia en las regiones tropicales, Humboldt se reafirma en esta poética de la naturaleza como un punto de vista imprescindible en el conocimiento de las ciencias naturales. Sus «cuadros» de la naturaleza (Naturgemälde), o «vistas» (Ansichten der Natur), no son otra cosa que la plasmación como todo de lo captado a primera vista en la contemplación de la misma (Humboldt, 1845-1862, III: 379). La ciencia en su progreso no puede hacer dejación de una tal visión de conjunto; es ello lo que la asocia al arte. Y no tanto por evitar la descoordinación entre las varias y dispares nuevas disciplinas como para poder levantar en todo momento una especie de alzado de la relación entre lo conocido y lo aún por conocer. A este respecto la descripción de un determinado lugar —dice Humboldt (ibíd., II: 267)— tiene por objetivo mostrar en su particularidad la evidencia de la cooperación e interrelación entre las diversas fuerzas físicas de la naturaleza, configurando un todo concreto. No plasmado al modo de las detalladas descripciones del especialista, sino más bien del artista que en pocos trazos fija su visión del todo. La descripción de la física del mundo aparece unida inextricablemente a la estética de la visión;[4] por lo mismo que «la historia de la visión física del mundo» (Weltanschauung) se equipara a «la historia del conocimiento del todo de la naturaleza» (Naturganzen) (ibíd., II: 135).

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