Hollywood conquista Europa

La actitud de Washington

La colaboración postbélica entre Hollywood y Washington fue estrecha. Los pasos dados durante la Gran Guerra tuvieron el respaldo legal de la la Webb-Pomerane Act, aprobada en 1918. Esta ley buscaba alentar la orientación exportadora de las compañías americanas eximiéndoles de observar en su actividad internacional las normas anti-monopolio vigentes en el mercado doméstico. La posibilidad de formar carteles, fijar precios y practicar otro tipo de comportamientos monopolísticos fue un regalo caído del cielo para la industria cinematográfica norteamericana, que justo había iniciado la conquista del mercado europeo. El respaldo político a la expansión de las exportaciones cinematográficas se fortaleció más si cabe durante la década siguiente, primera época dorada de Hollywood. La coincidencia de intereses facilitó el entendimiento. La industria, tras las vertiginosas conquistas del período bélico y el paulatino encarecimiento de los costes de producción (debido entre otras cosas a la consolidación del star system[5] y el sistema de estudios), miraba ya al mercado exterior como parte esencial del negocio. Por su parte, las administraciones republicanas de la época ligaron el éxito exportador del sector cinematográfico con el éxito de su política exterior.[6]

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