Esferología armónica del escritorio

Una observación que se ha vuelto común, nos dirá entonces que, por lo general, a ese espacio de escritura no deben llegar —sino acaso solo amortiguados, lejanos— los sonidos del mundo. Y de ellos, de modo exclusivo, solo los que podemos considerar «naturales»; igual que de entre los artificiales serán candidatos a presencia aquellos únicos que alcanzan una calidad armónica, repetitiva, incluso monótona; y es de este modo exclusivo como estos pueden ser aceptados en la escena donde se opera la alquimia de la escritura. Walter Benjamin, una vez más, reflexionó sobre el acompañamiento sonoro de las tareas de la escritura. Lo hizo en su texto «La técnica del escritor en trece tesis», cuya tercera tesis reza: «Mientras estés trabajando, intenta sustraerte a la medianía de la cotidianidad. Una quietud a medias, acompañada de ruidos triviales, degrada. En cambio, el acompañamiento de un estudio musical o de un murmullo de voces puede resultar tan significativo para...

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