Epílogo (La obra artística de Fisac, Adsuara y Stolz en la Iglesia del Espíritu Santo)

La Vía Sacra

Los aspectos simbólicos se aprecian ya en la misma entrada, de manera significante: que desde la calle no se accede directamente al templo. Del exterior se pasa primero a un atrio o nave transversal que recuerda el nártex de las basílicas romano-bizantinas, donde se situaban los catecúmenos (los aún sin bautizar), que no podían tomar parte en los ritos sagrados. Desde lo profano, que sería la calle, no se puede entrar directamente al templo, lugar sagrado. Este atrio prepara, “psicológicamente” y también espiritualmente, a cada uno para adentrarse en la nave del templo; en la vía sacra que lleva hasta Cristo, el altar. La nave, el gran espacio de los fieles, se hace camino por el impulso dinámico de la fe.

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