El proyecto museográfico del Duque

Fig. 1. Isidro González Velázquez. Alzado del proyecto de Galería de Bellas Artes en las cocheras del Palacio de Liria, 1825. Madrid, Museo de Historia. En la década de los años veinte los avatares de la economía del duque de Alba menguaron la posibilidad de que se instalara en el Palacio de Liria u otras posesiones la ingente recopilación de «200 cuadros, 58 vasos pintados, 6.000 estampas, sepulcros antiguos, figurinas de bronce, camafeos, medallas, ídolos, gran número de obras modernas ilustradas», que sumada a las estatuas antiguas y modernas, había atesorado Carlos Miguel en el transcurso de sus viajes europeos.[1] El XVII duque de Alba calculaba que su antecesor había dilapidado dos millones de reales en la compra de estos objetos, de los cuales únicamente una escueta fracción habría ingresado en la colección madrileña, es decir, los vasos suritálicos, 117 de las telas, las estampas y algunos mármoles;[2] su cantidad no resulta en absoluto...

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