El primer Jaime Sabines: una poética manierista

De cómo Jaime Sabines leyó a algunos de sus maestros por primera vez

La presencia en las letras mexicanas de la generación española del 27 parte de los esfuerzos de un grupo de poetas que con el tiempo sería reconocido como los Contemporáneos. La antología de Laurel (1941), promovida por ellos y a cargo de Xavier Villaurrutia, Octavio Paz, Emilio Prados y Juan Gil Albert, culminó una extensa labor de divulgación de los poetas españoles a los que nos vamos a seguir refiriendo. Se suele señalar una simetría entre los Contemporáneos y los poetas del 27 que podría ser la causa de que los mexicanos simpaticen en seguida con los españoles y sean los primeros en publicarlos en su país e iniciar un acercamiento[2]. Jaime Torres Bodet los había conocido en un viaje a España en 1928; en 1930, dos años después de publicarse el Romancero Gitano, Genaro Estrada, entonces ministro de Relaciones Exteriores, presionado por varios escritores, invitará a Federico García Lorca a visitar México, pero el poeta no acude; en 1933 Salvador Novo lo buscará en Buenos Aires, dejando su testimonio del encuentro en Continente vacío.

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