El poeta José Herrera Petere y el pintor Juan Manuel Díaz-Caneja: Exilio exterior e interior ante un mismo paisaje

[1] En 1964, José Herrera Petere, exiliado en Ginebra desde 1947, hizo un viaje muy especial a París. El motivo fue la exposición de su gran amigo Juan Manuel Díaz-Caneja en la Galería du Passeur. El reencuentro, después de veinticinco años, fue memorable, pues tras la pérdida de la Guerra Civil por el bando republicano, al que ambos pertenecían, el primero había tenido que salir al destierro, y el segundo, que decidió quedarse en España, sufrió internamiento en las cárceles franquistas. Ambos amigos –vinculados de manera imperecedera por lo vivido en los mejores años de sus vidas– son símbolos del exilio exterior e interior. Al encontrarse con el pintor Juan Manuel Díaz-Caneja, su “hermano del alma”, José Herrera Petere vuelve a rememorar los campos de Castilla, la geografía conocida en los años treinta a través de Machado y junto a Alberti y Maruja Mallo, con Alberto Sánchez, Benjamín Palencia y, por supuesto, el pintor amigo, Díaz-Caneja. Un...

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