El personaje viviente: capas de realidad y ficción para construir la «hagiografía» de Evita

Esos trajes que empilchás [vistes] no concuerdan con tu cuna, pobre mina pelandruna [mujer tonta] hecha de seda y percal… En fina copa e’cristal hoy tomás ricos licores, y entre tantos resplandores se adivina tu arrabal… Callejera. Tango de Enrique Cadícamo It is possible that every nation finds its identity not in the profusion of its landscapes or in its multitudinous histories, but in a single face or name. If that is the case, at the core of Argentina’s imaginaire, lies Evita. Alberto Manguel. «The return of the Mummy» Desde las primeras líneas de la novela, Eva es dibujada como una muchacha cursi, más o menos frívola y de sentimentalismo burdo: como el/la protagonista de cualquier hagiografía que se precie, su personaje no puede nacer de la luz de la conciencia, sino de las sombras de la vanidad; es desde esas tinieblas desde donde el personaje comenzará a ganar gradualmente a sus adeptos. Esa imagen —mal que les pese a los adoradores— no escapa a...

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