El embargo de 1955

De cómo forzar un desencuentro

«Yo también estoy seguro de que la cordialidad seguirá presidiendo las relaciones cinematográficas entre nuestros dos países, y, en lo que de mí dependa, pondré en ello mi mejor voluntad y espero, como Vd., que en el futuro podamos resolver con facilidad nuestros mutuos problemas.[1]»

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