Dirección y sentido

Se ha establecido como tentativa que los límites ante los que se detiene la fantasía –y el arte que en su paseo quiera acompañarla– son para el historiador la situación del conocimiento histórico dentro del círculo de los entendidos y entre el público. Esto, y no decir nada, es prácticamente lo mismo. Así, por ejemplo, puede demostrarse que «China fue construida, extendió sus conquistas, prevaleció y dominó sus territorios durante siglos sobre la base de una definición cultural de su identidad esencial antes bien que étnica»[1]Una definición que, sin duda, tenía la necesidad narrativa de contener aquella quintaesencia elemental de lo que se sabe, lo que se ignora, y lo que cada uno considera por encima y por debajo de su natural. Eso es una situación. Puede que sea esta también una de las razones ocultas que expliquen por qué «los indios […] no tenían necesidad alguna de referirse a su historia (o a la geografía y a los relatos de viajes) a...

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