Crónica de un fracaso: el normativismo entona su final

«Naturalmente, el «movimiento» no cuajó, pero puede decirse que aportó un testimonio indicativo hacia la denuncia de las taras genéticas presentes en la patología de los quehaceres artísticos.» Vicente AGUILERA CERNI (1966) El entusiasmo inicial de la apuesta por el normativismo, topó de bruces con la realidad de los artistas y de la sociedad española de principios de los sesenta, totalmente desinteresados por este tipo de iniciativas. La incomprensión, las dificultades de exposición y, sobre todo, las diferencias entre los protagonistas convirtieron el gran proyecto de la normatividad en una ilusión. El final fue la crónica de una muerte anunciada. Así, lo que había comenzado como el intento más serio de configuración de un frente analítico en España, acabó reduciéndose a una exposición de provincias, que pasó desapercibida en el panorama artístico del país. «El frente –dijo Bozal– no llegó a fraguar nunca. El normativismo fue su manifestación...

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