Conclusiones (Mundos perdidos: X)

«Three riverseko etxe sakabanatuak ikusten ziren zuhaitz izugarri handi batzuen babesean, eta sequoia parketik zetorren errepide nagusia Kaweah errekaren parean. Inguru guztian, haranaren sail lauetan, mahastiak eta limoiondo lerroak ageri ziren. Eguzkia harantzago ari zen etzaten, Kaweah lakuaren ondoko muinoetan (13-14).[1]» David ha muerto y Joseba, sentado junto a Mary Ann, observa el paisaje de Stoneham. A ningún lector le pasa desapercibido el parecido entre este espacio y el de Iruain. Ambos, en realidad, son morfológicamente idénticos: tanto uno como otro se describen como enclaves naturales atravesados por un río (en el caso de Stoneham, tres), la figura central en ambos es el tío Juan y la actividad, la cría de caballos. David parece haber reproducido el espacio de su infancia, el verdadero paraíso de su corazón, en su exilio de los EE.UU. Pero, ¿es realmente un paraíso recuperado? La excesiva similitud de ambos paisajes despierta la sospecha de...

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