Conclusión

Para terminar, a modo de reseña conclusiva, queremos revisar los puntos en los que nos hemos centrado: nuestro intento hasta aquí ha sido, por una parte, revisar las nociones vigentes sobre la ficcionalización de la historia, y derivar de ello una crítica acerca de ciertas nociones «académicas» sobre la ficcionalidad del discurso histórico, centradas en la retórica entendida sólo como estética, que a nuestro entender, desactivan su poder de configurador fehaciente de la memoria. Al mismo tiempo —y pensamos que lejos de la contradicción— hemos emprendido la defensa del discurso histórico ficcional de la narrativa contemporánea latinoamerica —cuya retórica sí puede entenderse en términos de estética— destacando su poder de advertencia acerca de los riesgos implícitos en la fosilización de las versiones historiográficas cerradas a la indagación, cuando se aceptan indiscutidamente como verdad, como tradición, como identidad, como único configurador...

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