Capítulo XIX. La ilusión de la coincidencia entre teatro y realidad

El espectador no ignora que el teatro es una construcción imaginaria que queda radicalmente separada de la esfera de la existencia cotidiana; goza de la misma autonomía referencial que el resto de los géneros literarios. La ficción del arte dramático está destinada a un público que , por lo general, no participa en su realización. Pero esto que en el caso del relato y la lírica nadie pone en duda al venir expresamente denotado como imaginario; en el caso del teatro la situación es diferente al estar visiblemente presente un espacio, un tiempo y unos personajes concretos, cuya realidad nadie pone en duda. La ilusión de vida que se crea sobre un escenario es perfecta; el peligro de que la ilusión teatral engañe y arrastre es mayor[1] que en otros géneros, pues, el público olvida con mayor facilidad el carácter ficticio del montaje. En la mayor parte de las piezas teatrales de Cunqueiro se filtran las ideas de la deshumanización del arte en las tablas para...

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