Capítulo XIV. Los amos están obligados a restituir no sólo la libertad y el precio de sus trabajos, sino también los frutos y la compensación de los daños

133. Aunque por la dicho es patente la verdad de la proposición, porque no sólo los compradores en África sino también los poseedores de negros en Indias son poseedores de mala fe, sin embargo, para que aparezca más claro que la luz del sol, no vayan a pensar que por la restitución de la simple libertad satisfacen su obligación, aduciré la doctrina de Santo Tomás, que dice: Cual quiera que daña a alguno parece que le quita aquello en lo que daña. Por esto el hombre está obligado a la restitución de aquello en que dañó a alguien. Pero de dos maneras se daña a alguien: de una manera, porque se le quita lo que tenía de hecho. Semejante daño hay que repararlo siempre por una recompensa equivalente. Por ejemplo, si alguien daña a otro destruyendo su casa, está obligado a dar tanto cuanto valía la casa. Por lo cual, puesto que a los negros se les ha dañado en su libertad y trabajos –en modo que los amos poseen injustamente sus trabajos y su libertad–, por eso hay...

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