Capítulo II. Vivir por los sueños

No desaprovechó Cunqueiro ninguna ocasión para reivindicar la necesidad que todo ser humano tiene de soñar: E si hai algo que esteña craro nista dieta, é que o home percisa en primeiro lugar, coma quen bebe agua, beber soños. [1]Pese a esto, y a que en apariencia toda su obra se constituye sobre la base del sueño, no se trata de volver la espalda a la realidad, sino de integrar la fantasía en el seno de lo cotidiano, reconciliarnos con la vida aceptando lo insólito y lo banal, y entender la fantasía más que como invención, como una descomposición de lo real para presentarnos las mil caras que tiene. Su obra no es el mundo benévolo del que habla parte de la crítica: La obra narrativa de Álvaro Cunqueiro, que rebasa ampliamente el concepto clásico de la novela, no roza ni siquiera ninguno de los problemas que afectan a la novelística contemporánea: ni compromiso, ni angustia existencial, ni objetivismo, ni absurdo, ni mucho menos complicaciones técnicas ni...

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