Capítulo 5. Ciencia aplicada y diversificación agrícola en el occidente de Cuba, 1878-1913

La piña descubre a Cuba y se corona «Reina de las frutas tropicales»

En la expansión de los cultivos menores a partir de las últimas décadas del siglo XIX y, sobre todo, en los comienzos del siglo XX, las frutas tropicales ocuparon un lugar de primer orden a la hora de crear algunas industrias agrícolas locales orientadas a satisfacer las demandas del mercado interno y externo, en especial el norteamericano. De ellas, el cultivo de la piña (Ananás cornosus) adquirió mayor relevancia en la región del Occidente. Nativa de la América del Sur se adaptaría de forma extraordinaria al clima y a la tierra de la mayor de las Antillas, al extremo de ser considerada la «Reina de las frutas tropicales por la elegancia y el aroma de la fruta». En 1860 se consumía en todos los mercados locales de la colonia a un precio de uno o dos reales la pieza de una libra; mientras que un año antes, en 1859, se exportaban 600.000 docenas de piñas, de las que 2.500 estaban destinadas al mercado europeo[2]. El cultivo de la piña ocupaba en el censo de 1899, como ya ha sido señalado, el decimocuarto lugar de las producciones agrarias insulares con 26.782 cordeles sembrados (82,66 caballerías), del área total de cultivo. Le seguían en importancia las naranjas con 23.418 cordeles cultivados, equivalentes a 72,27 caballerías. En el propio censo aparecía también que el mayor número de cultivadores de piña eran arrendatarios blancos con 13.437 agricultores, seguidos de 10.544 dueños de plantaciones también blancos[3].

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información