Capítulo 4: Chile 1935-1960

La política de los tres tercios

El título dado a esta parte representa una situación poco evidente pero real, que se expresaba en las elecciones presidenciales y parlamentarias. En estos años existe una fuerte derecha, centro e izquierda, de allí los «tres tercios»; cada sector representa a una parte significativa del electorado, aunque la votación que reciben es variable en los años estudiados, alejándose más o menos del 30% ideal. A pesar de ello, ninguno de esos sectores pierde relevancia, aun en sus peores momentos, por lo que cualquier decisión política de uno de ellos, en el Gobierno por ejemplo, debía necesariamente considerar la oposición o apoyo que recibiría de los otros sectores, en el Parlamento, en la prensa, en los sindicatos, o en la calle. De allí que, aunque parezca en un momento que la balanza del poder se inclina hacia un sector, o a dos de ellos anulando al tercero, las acciones del grupo opositor eran decisivas. De este modo, la política chilena tendía a la búsqueda de equilibrios precarios entre los sectores señalados, expresada en acuerdos y consensos de los principales partidos de cada una de las tendencias. Generalmente, el sector que lograba el Gobierno no dominaba el Parlamento, y el que tenía escasa representatividad en el Estado, como la izquierda, poseía gran capacidad de movilizar a los grupos sindicalizados y a los sectores populares urbanos y rurales.[2]

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