Capítulo 3: Oposición a la plaza de pensionado en la Academia de Roma

Las pensiones de Roma

Sambricio comienza su artículo sobre los «Arquitectos españoles pensionados en la Roma del primer cuarto del siglo XX» señalando que: «desde el interés por conocer la génesis de la arquitectura moderna en Madrid se hace necesario reflexionar sobre la permanencia en Roma de los arquitectos que fueron pensionados en la Academia de España. Y se hace necesario por cuanto que tanto estos (A. Flórez, T. Anasagasti, R. Fernández Balbuena, E. Moya, F. García Mercadal y A. Blanco) como quienes poco más tarde fueron becados por la Junta de Ampliación de Estudios, no sólo se habían formado en la Escuela de Arquitectura de Madrid sino que fue en dicha ciudad donde —casi en su totalidad— desarrollaron luego su actividad profesional».[1]

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