Capítulo 2. De la posesión demoníaca y otras cosas inquietantes. Íncubos, súcubos, brujas y licántropos en la Edad Media

La locura y los padres (y alguna madre) de la Iglesia

Durante la Alta Edad Media resulta obligado referirnos a Isidoro de Sevilla, uno de los autores más influyentes de su tiempo. Arzobispo de Sevilla en la época visigótica, en el tránsito del siglo VI al VII, fue posteriormente proclamado doctor de la Iglesia y canonizado. Sus Etimologías son consideradas como una gran enciclopedia que recoge el conjunto del conocimiento de la época. El libro cuarto de esta magna obra, dedicado a la medicina, establece una división de las enfermedades en agudas y crónicas. Entre las primeras, definidas como aquellas que “pasan pronto o te matan”, aparecen dos trastornos mentales: el frenesí, que consiste en una perturbación con agitación y demencia, y el letargo, que cursaba con “opresión del cerebro con olvido y sueño perenne como el del que duerme profundamente”. Entre las enfermedades crónicas agrupa la epilepsia, la manía y la melancolía.

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