Capítulo 1. Ontología lingüística y teoría de la argumentación

Introducción

Si el fenómeno de la renovación en estudios dedicados a la argumentación, en un sentido laxo, puede asociarse o no a la crisis y transformación del discurso político tras la aparición de los fascismos y totalitarismos en el viejo continente europeo, es una cuestión sobre la que, aun a día de hoy, no existe la profusión de estudios que habría de esperarse. [1] Sobre todo si pensamos que a partir del final de la década de los cincuenta —y más precisamente en el año 1958— quedaría ya fundadamente rehabilitado el interés por la retórica y la argumentación propiciado por la publicación del Traité de l’argumentation de Chaïm Perelman y Lucie Olbrechts- Tyteca, así como por la aportación igualmente notoria, e incluso paradigmática, de S. E. Toulmin, The uses of argument.

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