Capítulo 1. Entre la medicina y la filosofía. Las enfermedades del alma en la Antigüedad clásica

¡Preguntemos a los filósofos!

El pensamiento filosófico de la Grecia clásica tendió, en general, a considerar el alma o la mente como algo cualita­tivamente distinto al cuerpo, al menos en lo concerniente a los estratos superiores. Platón (427­347 a.C.) estableció la existencia de tres ánimas diferenciadas: la apetitiva, que acogía las necesidades o apetitos de la persona; la afectiva, que se relacionaba con las emociones, las percepciones y el conocimiento de las cosas concretas y particulares; y la racional, que tenía a su cargo las funciones más elevadas, esto es, el conocimiento de las cosas más generales y abstractas. Las dos almas inferiores (apetitiva y afectiva) estaban en relación directa con el cuerpo, pero el alma racional era, según Platón, inmaterial e inmortal.

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