Ambivalencia ontológica de la visceralidad
Los órganos internos presentan una «ambigüedad ontológica»
(Young, 1997: 101). Me pertenecen, pero yo también les pertenezco;
son un otro en mí, necesarios para mi propia existencia. Se presentan
como una «extrañeza-propia» (foreign-mineness), para usar la expresión
de Buytendijk (Leder, 1990: 48). Lo visceral «no se puede propiamente
decir que pertenezca al sujeto; es un poder que me atraviesa,
vivificándome de maneras que yo realmente nunca deseé ni
comprendí» (Leder, 1990: 65). La experiencia del cuerpo vivido combina
las perspectivas científicas de la tercera persona con la descripción
fenomenológica en primera persona. Experiencio mi cuerpo como
una dimensión subjetiva y como un objeto entre los objetos, como
Leib y Körper, cuerpo vivo y cuerpo vivido.[1] Lo visceral representa una dimensión en tercera persona (cuerpo-objeto) a la cual no poseo acceso
inmediato en la experiencia propia de mi cuerpo en primera persona
(cuerpo-sujeto). Es algo que me...
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