Ámbitos; retiradizos

Hasta aquí llega esta consideración central, así como la propia evocación de lo que sea una decisión capital que afecta a la luz, y por ende al tiempo, pues la predominancia en el imaginario moderno de la iluminación artificial marcará siempre y definitivamente a la noche como el espacio sagrado de las letras contemporáneas. «Hágase la noche», podríamos decir entonces, y Derrida y los posmodernos comienzan, o comenzamos, a escribir, a leer. De la noche lo esperamos todo: el consejo, la inspiración, la sabiduría. Efectivamente: es en la noche cuando se despliegan nuestras mejores potencias: «In nocte consilium». De la noche esperamos los más fuertes auxilios. Como reza el antiguo emblema del búho o lechuza de ojos escrutadores, firmemente erguida sobre el libro y sobre los saberes. Figura 10. El búho de Minerva. Sebastián de Covarrubias, «In nocte consilium», en Emblemas morales. Madrid, 1610. Es posible observar algo más todavía acerca de esa luz incierta...

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